viernes, 16 de octubre de 2020

Taller n. 1 Religión IV Período. Dios nos escucha. 17 de octubre 24B

 

TEMA:  DIOS NOS ESCUCHA

 OBJETIVO: Comprender que somos importantes para Dios y que é está a la distancia de una oración.

 

El pasaje del evangelio de san Lucas nos propone tres enseñanzas de Jesús en torno a la oración. En primer lugar, hemos escuchado la versión del Padrenuestro como nos la ha transmitido san Lucas, en segundo lugar, una especie de parábola para enseñar la confianza en la oración y, en tercer lugar, un razonamiento para inculcar la eficacia de la oración. Cada una de esas partes merece un comentario y nos propone una enseñanza.

Jesús está orando, sus discípulos lo ven orando. Ese es uno de los rasgos de Jesús que al evangelista san Lucas le gusta destacar una y otra vez: Jesús ora en diversos momentos de la jornada y de la noche; además lo hace con frecuencia. En una de esas ocasiones, los discípulos le piden que les enseñe a orar. En la actualidad, esa pregunta se refiere a métodos de oración; si se trata de oración mental o vocal; si se trata de orar en solitario o juntamente con otros; se trata de saber si debe predominar en la oración el razonamiento o el sentimiento. Para él orar es hablar con Dios, sea con las propias palabras o con palabras aprendidas, con oraciones ya hechas, como los salmos. Jesús por eso propone una oración propia. Su oración no es de alabanza o de agradecimiento, sino de petición. En las cosas que pide se refleja su espiritualidad.

 Jesús cuenta a continuación una especie de parábola, pero es en realidad un ejemplo, una instrucción acerca de la necesidad de acercarnos a Dios con confianza en la oración. El protagonista del ejemplo es un hombre que se atreve a llegar a casa de un amigo en hora inoportuna, cuando ya está acostado, y que a pesar de que el hombre se resiste a levantarse, la confianza que le asiste se muestra en que pide hasta obtener lo que necesita. Debo decir que este cuento me incomoda, porque se puede entender mal. Se puede entender que Dios no está tan dispuesto a darnos lo que necesitamos, sino que hay que doblegarlo con la insistencia. Pero en otro lugar, Jesús nos enseña que Dios no necesita que hagamos largas oraciones, pues no debemos informarlo con nuestras palabras, ya que él sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos (cf. Mt 6,8).

la tercera instrucción: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca encuentra, y al que toca, se le abre. Nuestra oración confiada siempre tiene acogida, siempre es escuchada. Pero ¡atención! Dios es nuestro Padre, no nuestro mandadero para cumplir lo que deseamos, sobre todo si son cosas de este mundo. Dios es nuestro Padre, no nuestro sirviente que satisface nuestras carencias y necesidades.

Nuestra oración no tiene el propósito de obtener de parte de Dios la satisfacción de nuestros deseos, aunque parezcan nobles y buenos, como cuando pedimos por la salud propia o de un pariente. Dios muchas veces satisface esos deseos y peticiones, pero otras veces no. Pero Dios siempre nos escucha. Nuestra oración de petición tiene el propósito de declarar que nos ponernos en sus manos en nuestra necesidad, para decirle que, en nuestra indigencia, lo único que necesitamos es a él mismo.

TALLER A DESARROLLAR:

1.    1.   Cuándo oras con el Padre nuestro, ¿Cuál es la frase que más te impacta de este y por qué?

2.   2.    ¿Crees que Dios es injusto cuando a veces nos niega peticiones que le hacemos, a las cuales él nos dice que no? Justifica tu respuesta.

3.    3.   ¿Cuál es tu opinión de este versículo bíblico “Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca encuentra, y al que toca, se le abre”?

4.     4.  Saca unos minutos y pide a Dios por tus necesidades físicas, emocionales, escolares, familiares, etc…. Y agradece a Dios por lo que te ha dado hasta el día de hoy.

Nota: asesoría a mi WhatsApp 3105079251.

 


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