TEMA: DIOS NOS ESCUCHA
El pasaje del
evangelio de san Lucas nos propone tres enseñanzas de Jesús en torno a la
oración. En primer lugar, hemos escuchado la versión del Padrenuestro como nos
la ha transmitido san Lucas, en segundo lugar, una especie de parábola para
enseñar la confianza en la oración y, en tercer lugar, un razonamiento para
inculcar la eficacia de la oración. Cada una de esas partes merece un
comentario y nos propone una enseñanza.
Jesús está orando,
sus discípulos lo ven orando. Ese es uno de los rasgos de Jesús que al
evangelista san Lucas le gusta destacar una y otra vez: Jesús ora en diversos
momentos de la jornada y de la noche; además lo hace con frecuencia. En una de
esas ocasiones, los discípulos le piden que les enseñe a orar. En la
actualidad, esa pregunta se refiere a métodos de oración; si se trata de
oración mental o vocal; si se trata de orar en solitario o juntamente con
otros; se trata de saber si debe predominar en la oración el razonamiento o el
sentimiento. Para él orar es hablar con Dios, sea con las propias palabras o
con palabras aprendidas, con oraciones ya hechas, como los salmos. Jesús por
eso propone una oración propia. Su oración no es de alabanza o de
agradecimiento, sino de petición. En las cosas que pide se refleja su
espiritualidad.
Jesús cuenta a continuación una especie de
parábola, pero es en realidad un ejemplo, una instrucción acerca de la
necesidad de acercarnos a Dios con confianza en la oración. El protagonista del
ejemplo es un hombre que se atreve a llegar a casa de un amigo en hora
inoportuna, cuando ya está acostado, y que a pesar de que el hombre se resiste
a levantarse, la confianza que le asiste se muestra en que pide hasta obtener
lo que necesita. Debo decir que este cuento me incomoda, porque se puede
entender mal. Se puede entender que Dios no está tan dispuesto a darnos lo que
necesitamos, sino que hay que doblegarlo con la insistencia. Pero en otro
lugar, Jesús nos enseña que Dios no necesita que hagamos largas oraciones, pues
no debemos informarlo con nuestras palabras, ya que él sabe lo que necesitamos
antes de que se lo pidamos (cf. Mt 6,8).
Nuestra oración no
tiene el propósito de obtener de parte de Dios la satisfacción de nuestros
deseos, aunque parezcan nobles y buenos, como cuando pedimos por la salud
propia o de un pariente. Dios muchas veces satisface esos deseos y peticiones,
pero otras veces no. Pero Dios siempre nos escucha. Nuestra oración de petición
tiene el propósito de declarar que nos ponernos en sus manos en nuestra
necesidad, para decirle que, en nuestra indigencia, lo único que necesitamos es
a él mismo.
TALLER A DESARROLLAR:
1. 1. Cuándo
oras con el Padre nuestro, ¿Cuál es la frase que más te impacta de este y por
qué?
2. 2. ¿Crees
que Dios es injusto cuando a veces nos niega peticiones que le hacemos, a las
cuales él nos dice que no? Justifica tu respuesta.
3. 3. ¿Cuál
es tu opinión de este versículo bíblico “Pidan y se les dará, busquen y
encontrarán, toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca
encuentra, y al que toca, se le abre”?
4. 4. Saca
unos minutos y pide a Dios por tus necesidades físicas, emocionales, escolares,
familiares, etc…. Y agradece a Dios por lo que te ha dado hasta el día de hoy.
Nota: asesoría a mi WhatsApp 3105079251.
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